jueves, 22 de octubre de 2009

LOS SIETE DEBERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO

Edgar Morín, “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, Correo de la UNESCO, 1999



PRÓLOGO


Este Texto pretende única y esencialmente exponer problemas centrales o fundamentales que permanecen por completo ignorados u olvidados y que son necesarios para enseñar en el próximo siglo.

Hay siete saberes fundamentales que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultura sin excepción alguna ni rechazo según los usos y las reglas propias de cada sociedad y de cada cultura.

Además, el saber científico en el que se apoya este texto para situar la condición humana no sólo es provisional, sino que destapa profundos misterios concernientes al Universo, a la Vida, al nacimiento del Ser Humano. Aquí se abre un indecidible en el cual intervienen las opciones filosóficas y las creencias religiosas a través de culturas y civilizaciones.

LOS SIETE SABERES NECESARIOS

Capítulo I: Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión
Capítulo II: Los principios de un conocimiento pertinente
Capítulo III: Enseñar la condición humana
Capítulo IV: Enseñar la identidad terrenal
Capítulo V: Enfrentar las incertidumbres
Capítulo VI: Enseñar la comprensión
Capítulo VII: La ética del género humano


CAPÍTULO VI

ENSEÑAR LA COMPRENSIÓN

La situación sobre nuestra Tierra es paradójica. Las interdependencias se han multiplicado. La conciencia de ser solidarios con su vida y con su muerte liga desde ahora a los humanos. La comunicación triunfa; el planeta está atravesado por redes, faxes, teléfonos celulares, módems, Internet. Y sin embargo, la incomprensión sigue siendo general. Sin duda, hay grandes y múltiples progresos de la comprensión, pero los progresos de la incomprensión parecen aún más grandes.
El problema de la comprensión se ha vuelto crucial para los humanos. Y por esta razón debe ser una de las finalidades de la educación para el futuro.
Recordemos que ninguna técnica de comunicación, del teléfono a Internet, aporta por sí misma la comprensión. La comprensión no puede digitarse. Educar para comprender las matemáticas o cualquier disciplina es una cosa, educar para la comprensión humana es otra; ahí se encuentra justamente la misión espiritual de la educación: enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.

El problema de la comprensión está doblemente polarizado:

· Un polo, ahora planetario, es el de la comprensión entre humanos: los encuentros y las relaciones se multiplican entre personas, culturas, pueblos que representan culturas diferentes.
· Un polo individual es el de las relaciones particulares entre familiares. Éstas están cada vez más amenazadas por la incomprensión.

1. LAS DOS COMPRENSIONES

La comunicación no conlleva comprensión.
La información, si es bien transmitida y comprendida, conlleva inteligibilidad, primera condición necesaria para la comprensión, pero no suficiente.
Hay dos comprensiones: la comprensión intelectual u objetiva y la comprensión humana intersubjetiva. Comprender significa intelectualmente aprehender en conjunto, com-prehendere, asir en conjunto (el texto y su contexto, las partes y el todo, lo múltiple y lo individual). La comprensión intelectual pasa por la inteligibilidad.
Explicar es considerar lo que se debe que conocer como un objeto y aplicarle todos los medios objetivos de conocimiento.


2. UNA EDUCACIÓN PARA LOS OBSTÁCULOS A LA COMPRENSIÓN

Los obstáculos externos a la comprensión intelectual u objetiva son múltiples.
La comprensión del sentido de las palabras de otro, de sus ideas, de su visión del mundo siempre está amenazada por todos lados:

· Hay “ruido” que para sita la transmisión de la información, crea el malentendido o el no entendimiento.
· Hay polisemia de una noción que, enunciada en un sentido, se entiende en otro.
· Existe la ignorancia de los ritos y costumbres del otro.
· Existe la incomprensión de los valores imperativos expandidos en el seno de otra cultura.
· Existe la incomprensión de los imperativos éticos propios de una cultura, el imperativo de la venganza en las sociedades de tribus, y el imperativo de la ley en las sociedades evolucionadas.
· Existe a menudo la imposibilidad, dentro de una visión del mundo, de comprender las ideas o argumentos de otra visión del mundo, o dentro de una filosofía comprender otra filosofía.
· Por último, y más importante, existe la imposibilidad de comprensión de una estructura mental a otra.


2.1 EL EGOCENTRISMO

El egocentrismo cultiva la self-deception, traición a si mismo engendrada por la autojustificación, la autoglorificación y la tendencia a adjudicar a los demás, extraños o no, la causa de todos los males. La self-deception es un juego rotativo complejo de mentira, sinceridad, convicción, duplicidad, que nos conduce a percibir, de manera peyorativa, las palabras o actos de los demás, a seleccionar lo que es desfavorable, a eliminar lo que es favorable, a seleccionar nuestros recuerdos gratificantes, a eliminar o transformar los deshonrosos.

El círculo de la cruz, de Iain Pears, muestra bien, a través de cuatro relatos diferentes de eventos iguales y de un mismo homicidio, la incompatibilidad entre los relatos debido no sólo al disimulo y a la mentira sino a las ideas preconcebidas, a las racionalizaciones, al egocentrismo o a la creencia religiosa. La fiesta una vez más, de Louis-Ferdinand Céline, es un testimonio único de la autojustificación frenética del autor, de su incapacidad de autocriticarse, de su razonamiento paranoico.
El egocentrismo se amplía con el abandono de la disciplina y las obligaciones que anteriormente hacían renunciar a los deseos individuales cuando se oponían a los de parientes o cónyuges. Hoy día, la incomprensión destroza las relaciones padres-hijos, esposos-esposas.

2.2 ETNOCENTRISMO Y SOCIOCENTRISMO

Etnocentrismo y egocentrismo nutren las xenofobias y racismos hasta el punto de llegar a quitarle al extranjero su calidad de humano. Por esto, la verdadera lucha contra los racismos se operaría más contra sus raíces ego-socio-céntricas que contra sus síntomas.
Las ideas preconcebidas, las racionalizaciones a partir de premisas arbitrarias, la autojustificación frenética, la incapacidad de autocriticarse, el razonamiento paranoico, la arrogancia, la negación, el desprecio, la fabricación y condena de culpables son las causas y consecuencias de las peores incomprensiones provenientes tanto del egocentrismo como del etnocentrismo.
La incomprensión produce tanto embrutecimiento que éste, a su vez, produce incomprensión. La indignación economiza examen y análisis. Como dice Clément Rosset: “La descalificación por razones de orden moral evita cualquier esfuerzo de inteligencia del objeto descalificado, de manera que un juicio moral traduce siempre un rechazo al análisis e incluso al pensamiento”12Como señalaba Westermarck: “El carácter distintivo de la indignación moral sigue siendo el instintivo deseo de devolver pena por pena”.

2.3 EL ESPÍRITU REDUCTOR

Reducir el conocimiento de lo complejo al de uno de sus elementos, considerado como el más significativo, tiene consecuencias peores en ética que en estudios de física. Ahora bien, es también el modo de pensar dominante, reductor y simplificador aliado de los mecanismos de incomprensión, el que determina la reducción de una personalidad múltiple por naturaleza a uno solo de sus rasgos. Si el rasgo es favorable, habrá desconocimiento de los aspectos negativos de esta personalidad. Si es desfavorable, habrá desconocimiento de sus rasgos positivos. En ambos casos habrá incomprensión. La comprensión nos pide, por ejemplo, no encerrar, no reducir un ser humano a su crimen, ni siquiera reducirlo a su criminalidad así haya cometido varios crímenes. Como decía Hegel: “El pensamiento abstracto no ve en el asesino más que esta cualidad abstracta (sacada fuera de su contexto) y (destruye) en él, con la ayuda de esta única cualidad, el resto de su humanidad”.

Los obstáculos a la comprensión son múltiples y multiformes: los más graves están constituidos por el bucle egocentrismo - autojustificación self-deception, por las posesiones y las reducciones , así como por el talión y la venganza; estructuras éstas arraigadas de manera indeleble en el espíritu humano que no se pueden arrancar, pero que se pueden y se deben superar.
La conjunción de las incomprensiones, la intelectual y la humana, la individual y la colectiva, constituyen obstáculos mayores para el mejoramiento de las relaciones entre los individuos, grupos, pueblos, naciones.


3. LA ÉTICA DE LA COMPRENSIÓN

La ética de la comprensión es un arte de vivir que nos pide, en primer lugar, comprender de manera desinteresada. Pide un gran esfuerzo ya que no puede esperar ninguna reciprocidad: aquél que esta amenazado de muerte por un fanático comprende por qué el fanático quiere matarlo, sabiendo que éste no lo comprenderá jamás. Comprender al fanático que es incapaz de comprendernos es comprender las raíces, las formas y las manifestaciones del fanatismo humano. Es comprender por qué y cómo se odia o se desprecia. La ética de la comprensión nos pide comprender la incomprensión.
La ética de la comprensión pide argumentar y refutar en vez de excomulgar y anatematizar. Encerrar en la noción de traidor aquello que proviene de una inteligibilidad más amplia impide reconocer el error, el extravío, las ideologías, los desvíos.

3.1 EL “BIEN PENSAR”

Este es el modo de pensar que permite aprehender en conjunto el texto, el ser y su entorno, lo local y lo global, lo multidimensional, en resumen, lo complejo, es decir, las condiciones del comportamiento humano. Él nos permite comprender igualmente las condiciones objetivas y subjetivas (self-deception, enajenación por fe, delirios e histerias).




3.2 LA INTROSPECCIÓN

La práctica mental de autoexamen permanente de sí mismo es necesaria, ya que la comprensión de nuestras propias debilidades o faltas es la vía para la comprensión de las de los demás. Si descubrimos que somos seres débiles, frágiles, insuficientes, carentes, entonces podemos descubrir que todos tenemos una necesidad mutua de comprensión.

4. LA CONCIENCIA DE LA COMPLEJIDAD HUMANA

La comprensión hacia los demás necesita la conciencia de la complejidad humana.
Así podemos extraer de la literatura novelesca y del cine la conciencia de que un ser no se debe reducir a la mínima parte de sí mismo, ni al peor fragmento de su pasado. Mientras que en la vida ordinaria nos apresuramos a encerrar en la noción de un criminal a quien ha cometido un crimen, reduciendo los demás aspectos de su vida y de su persona a ese único rasgo, descubrimos los múltiples aspectos en los reyes gángsters de Shakespeare y en las gángsters reales de las películas policíacas. Podemos ver cómo un criminal se puede transformar y redimir como Jean Valjean y Raskolnikov.



4.1 LA APERTURA SUBJETIVA (SIMPÁTICA) HACIA LOS DEMÁS

Somos abiertos para ciertos allegados privilegiados, pero la mayor parte del tiempo permanecemos cerrados a los demás. El cine, que favorece el pleno empleo de nuestra subjetividad, por proyección e identificación, nos hace simpatizar y comprender a aquellos que nos serían extraños o antipáticos en un momento cualquiera. Aquel que siente repugnancia por el vagabundo que encuentra en la calle simpatiza de todo corazón en el cine con el vagabundo Charlot. Siendo que en la vida cotidiana somos casi indiferentes a las miserias físicas y morales, con la lectura de una novela o en una película experimentamos la compasión y la conmiseración.

4.2 LA INTERIORIZACIÓN DE LA TOLERANCIA

La verdadera tolerancia no es indiferente a las ideas o escepticismos generalizados; ésta supone una convicción, una fe, una elección ética y al mismo tiempo la aceptación de la expresión de las ideas, convicciones, elecciones contrarias a las nuestras. La tolerancia supone un sufrimiento al soportar la expresión de ideas negativas o, según nosotros, nefastas, y una voluntad de asumir este sufrimiento.
Existen cuatro grados de tolerancia…el primero, expresado por Voltaire, nos obliga a respetar el derecho de proferir un propósito que nos parece innoble; no se trata de respetar lo innoble, se trata de evitar que impongamos nuestra propia concepción de lo innoble para prohibir una palabra. El segundo grado es inseparable de la opción democrática: lo justo de la democracia es nutrirse de opiniones diversas y antagónicas; así, el principio democrático ordena a cada uno respetar la expresión de las ideas antagónicas a las suyas. El tercer grado obedece al concepto de Niels Bohr, para quien el contrario de una idea profunda es otra idea profunda; dicho de otra manera, hay una verdad en la idea antagónica a la nuestra, y es esta verdad la que se debe respetar. el cuarto grado proviene de la conciencia de las enajenaciones humanas por los mitos, ideologías, ideas o dioses, así como de la conciencia de los desvíos que llevan a los individuos mucho más lejos y a un lugar diferente de donde quieren ir. La tolerancia vales, claro está, para las ideas no para los insultos, agresiones o actos homicidas.

5. COMPRENSIÓN, ÉTICA Y CULTURA PLANETARIAS

Las culturas deben aprender las unas de las otras y la orgullosa cultura occidental que se estableció como cultura enseñarte debe también volverse una cultura que aprenda. Comprender es también aprender y reaprender de manera permanente.

¿Cómo pueden comunicar las culturas? Mahoroh Muruyama nos da una indicación útil?.14 En cada cultura, las mentalidades dominantes son etno o sociocéntricas, es decir, más o menos cerradas con respecto de las otras culturas. Pero también hay dentro de cada cultura mentalidades abiertas, curiosas no ortodoxas, marginadas, y también existen los mestizos, frutos de matrimonios mixtos que constituyen puentes naturales entre las culturas. A menudo, los marginados son escritores o poetas cuyo mensaje puede irradiarse en su propio país y en el mundo exterior.

Cuando se trata de arte, música, literatura, pensamiento, la mundialización cultural no es homogeneizante. Constituye grandes olas originalidades nacionales en su seno. Así ocurrió en Europa con el Clasicismo, las Luces, el Romanticismo, el Realismo, el Surrealismo. Hoy día, las novelas japonesas, latinoamericanas, africanas, se publican en las grandes lenguas europeas y las novelas europeas se publican en Asia, en Oriente, en África y en las Américas. Las traducciones de una lengua a otra de las novelas, ensayos, libros filosóficos, permiten a cada país acceder a las obras de los otros países, y alimentarse de las culturas del mundo nutriendo con sus propias obras un caldo de cultura planetaria. Éste, que recoge los aportes originales de múltiples culturas, está aún limitado a esferas restringidas en cada nación, pero debería extender hacia el siglo XXI, lo cual sería un triunfo para la comprensión entre los humanos.

Paralelamente, las culturas orientales suscitan en Occidente diversas curiosidades e interrogaciones. Occidente ya había traducido el Avesta y las Upanishads en el siglo XVIII, Confucio y Lao-Tse en el siglo XIX pero los mensajes de Asia permanecían solamente como objeto de estudios eruditos. Es sólo en el siglo XX cuando el arte africano, las filosofías y místicas del Islam, los textos sagrados de la India, el pensamiento de Tao, el del Budismo, se vuelven fuentes vivas para el alma occidental llevada / encadenada en el mundo del activismo, del productivismo, de la eficacia, del divertimiento y que aspira a la paz interior y a la relación armoniosa con el cuerpo.

La apertura de la cultura occidental puede parecer para algunos incompresiva e incomprensible a la vez. Pero la racionalidad abierta y autocrítica proveniente de la cultura europea permite la comprensión y la integración de lo que otras culturas han desarrollado y que ella ha atrofiado. Occidente también debe integrar en él las virtudes de las otras culturas con el fin de corregir el activismo, el pragmatismo, el cuantitativo, el consumismo desenfrenados que ha desencadenado dentro y fuera de él. Pero también debe salvaguardar, regenerar y propagar lo mejor de su cultura que ha producido la democracia, los derechos humanos, la protección de la esfera privada del ciudadano.

La comprensión entre sociedades supone sociedades democráticas abiertas, lo que quiere decir que el camino de la comprensión entre culturas, pueblos y naciones pasa por la generalización de las sociedades democráticas abiertas.

Pero no olvidemos que incluso en las sociedades democráticas abiertas reside el problema epistemológico de la comprensión: para que pueda haber comprensión entre estructuras de pensamiento se necesita poder pasar a una metaestructura de pensamiento que comprenda las causas de la incomprensión de las unas con respecto de las otras y que pueda superarlas.

La comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación humana. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. Dada la importancia de la educación en la comprensión a todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma planetaria de las mentalidades; esa debe ser la labor de la educación del futuro.

CAPÍTULO VII

LA ÉTICA DEL GÉNERO HUMANO



Desde ahora, una ética propiamente humana, es decir, una atropoética debe considerarse como una ética del bucle de los tres términos individuo – sociedad – especie, de donde surgen nuestra conciencia y nuestro espíritu propiamente humano. Esa es la base para enseñar la ética venidera.

La antropoética supone la decisión consciente y clara:

- De asumir la humana condición individuo – sociedad – especie en la complejidad de nuestra era.
- De lograr la humanidad en nosotros mismos en nuestra conciencia personal.
- De asumir el destino humano en sus antinomias y su plenitud.

La antropoética nos pide asumir la misión antropológica del milenio:

- Trabajar para la humanización de la humanidad.
- Efectuar el doble pilotaje del planeta: obedecer a la vida, guiar la vida.
- Lograr la unidad planetaria en la diversidad.
- Respetar en el otro, a la vez, tanto la diferencia como la identidad consigo mismo.
- Desarrollar la ética de la solidaridad.
- Desarrollar la ética de la comprensión.
- Enseñar la ética del género humano.

La antropoética conlleva, entonces, la esperanza de lograr la humanidad como conciencia y ciudadanía planetaria. Comprende, por consiguiente, como toda ética, una aspiración y una voluntad, pero también una apuesta a lo incierto. Ella es conciencia individual más allá de la individualidad.

La antropoética conlleva, entonces, la esperanza de lograr la humanidad como conciencia y ciudadanía planetaria. Comprende, por consiguiente, como toda ética, una aspiración y una voluntad, pero también una apuesta a lo no incierto. Ella es conciencia individual más allá de la individualidad.

EL BUCLE INDIVIDUO – SOCIEDAD: ENSEÑAR LA DEMOCRACIA

Individuo y Sociedad existen mutuamente. La democracia permite la relación rica y compleja individuo – sociedad donde los individuos y la sociedad pueden entre sí ayudarse, desarrollarse, regularse y controlarse.

La democracia se funda sobre el control del aparato del poder por los controlados así reduce la esclavitud (que determina un poder que no sufre la autorregulación de aquellos que somete); en este sentido la democracia es, más que un régimen político, la regeneración continúa de un bucle complejo y retroactivo: los ciudadanos producen la democracia que producen los ciudadanos.

A diferencia de las sociedades democráticas, que funcionan gracias a las libertades individuales y a la responsabilidad de los individuos, las sociedades autoritarias o totalitarias colonizan los individuos que no son más que súbditos; en la democracia el individuo es ciudadano, persona jurídica y responsable que por un lado, expresa sus deseos e intereses y, por el otro, es responsable y solidario con su ciudad.


1.1 DEMOCRACIA Y COMPLEJIDAD

La democracia no se puede definir de manera simple. La soberanía del pueblo ciudadano, comprende al mismo tiempo la autolimitación de esta soberanía por la obediencia a las leyes y el traspaso de soberanía a los poderes, la garantía de los derechos individuales y la protección de la vida privada.

Evidentemente, la democracia necesita del consenso de la mayoría de los ciudadanos y del respeto de las reglas democráticas. Necesita que un grupo número de ciudadanos crea en la democracia. Pero, al igual que consenso, la democracia necesita diversidades y antagonismos.

La experiencia del totalitarismo ha relevado un carácter fundamental de la democracia: su vínculo vital con la diversidad.

La democracia supone y alimenta la diversidad de los intereses así como la diversidad de las ideas. El respeto de la diversidad significa que la democracia no se puede identificar con la dictadura de la mayoría sobre las minorías; ella debe incluir el derecho de las minorías y contestatarios a la existencia y a la expresión, y debe permitir la expresión de las ideas heréticas y marginadas. Así, como se debe proteger la diversidad de las especies para salvar la biosfera, hay que proteger la de las ideas y opiniones y también la diversidad de las fuentes de información y de los medios de información (prensa y demás medios de comunicación), para salvar la vida democrática.

La democracia necesita tanto conflictos de ideas como de opiniones que le den vitalidad y productividad. Pero la vitalidad y la productividad de los conflictos sólo se pueden expandir en la obediencia a la norma democrática que regula los antagonismos reemplazando las batallas físicas por las batallas de ideas, y determina por la vía de los debates y las elecciones un vencedor provisional de las ideas en conflicto, el cual, a cambio, tiene la responsabilidad de dar cuenta de la realización de sus ideas.

Exigiendo, a la vez, consenso, diversidad y conflicto, la democracia es un sistema complejo de organización y de civilización políticas que alimenta y se alimenta de la autonomía de espíritu de los individuos, de su libertad de opinión y de expresión, de su civismo que alimenta y su libertad de opinión y de expresión, de su civismo que alimenta y se alimenta del ideal, libertad-igualdad-fraternidad, el cual comporta un conflicto creador entre estos tres términos inseparables.

La democracia constituye, por consiguiente, un sistema político complejo en cuanto que vive de pluralidades, competencias y antagonismos permaneciendo como una comunidad.

Así, la democracia constituye la unión de la unión y de la desunión; tolera y se alimenta endémicamente, a veces en forma explosiva, de conflictos que le dan vitalidad. Ella vive de pluralidad hasta en la cima del Estado (división de los poderes ejecutivo, legislativito y judicial) y debe conservar esta pluralidad para conservarse ella misma.

El desarrollo de las complejidades políticas, económicas y sociales nutre los desarrollos de la individualidad y ésta se afirma en sus derechos (humano y del ciudadano); adquiere libertades existenciales (elección autónoma del cónyuge, de la residencia, de los placeres…)

1.2 LA DIALÓGICA DEMOCRÁTICA

Todas las características de la democracia tienen un carácter dialógico que une de manera complementaría términos antagónicos: consenso/conflicto, libertad – igualdad – fraternidad, comunidad nacional / antagonismos sociales e ideológicos. En resumen, la democracia depende de las condiciones que dependen de su ejercicio (espíritu cívico, aceptación de la regla del juego democrático).
Las democracias son frágiles, viven en conflictos, pero éstos las pueden sumergir. La democracia aún no está generalizada en todo el planeta, que incluye dictaduras y residuos del totalitarismo del siglo XX o gérmenes de nuevos totalitarismos. Ella seguirá amenazada en el siglo XXI. Además, las democracias existentes no es que no se hayan logrado sino que están incompletas o inacabadas.

La democratización de las sociedades occidentales ha sido un proceso largo que ha continuado irregularmente en ciertos campos como el acceso de las mujeres a la igualdad con los hombres en la pareja, el trabajo, el acceso a las carreras públicas. El socialismo occidental no ha podido democratizar la organización económico-social de nuestras sociedades. Las empresas siguen siendo sistemas autoritarios jerárquicos, democratizados muy parcialmente en su base por consejos o sindicatos. Es cierto que la democratización tiene límites en organizaciones cuya eficacia está basada en la obediencia, como en el ejercito. Pero nos podemos cuestionar si, como lo hacen ver ciertas empresas, no se pueden ligar otra eficacia apelando a la iniciativa y responsabilidad de individuos o grupos. De todas formas, nuestras democracias comportan carencias y lagunas. Por ejemplo, los ciudadanos implicados no son consultados sobre las alternativas en materia, por ejemplo de transporte (tgv- tren de gran velocidad-, aviones cargueros, autopistas, etcétera).
Del mismo modo, hay despolitización de la política que se autodisuelve en la administración, la técnica (el expertísimo), la economía, el pensamiento cuantificador (sondeos, estadísticas). La política en trizas pierde la comprensión de la vida, de los sufrimientos de los desamparos, de las sociedades, de las necedades no cuantificables. Todo esto contribuye a una gigantesca regresión democrática: los ciudadanos desposeídos de los problemas fundamentales de la ciudad.

1.3 EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA

Las democracias del siglo XXI estarán cada vez más enfrentadas a un problema gigantesco que nació con el desarrollo de la enorme máquina donde ciencia y técnica y burocracia están íntimamente asociadas. Esta enorme máquina no produce sólo conocimiento y elucidación, también produce ignorancia y ceguera. Los desarrollos disciplinarios de las ciencias no han aportado sólo las ventajas de la división del trabajo; también han aportado los inconvenientes de la superespecialización, la separación y la parcelación del saber. Este último se ha vuelto cada vez más esotérico (accesible sólo para especialistas) y anónimo (concentrado en bancos de datos y utilizado por instancias anónimas, empezando por el Estado). De igual manera, el conocimiento técnico se reserva a los expertos cuya habilidad en un campo cerrado se acompaña de una incompetencia cuando este campo es parasitado por influencias externas o modificado por un evento nuevo. En tales condiciones el ciudadano pierde el derecho al conocimiento; tiene el derecho de adquirir un saber especializado haciendo estudios ad hoc, pero esta desprovisto como ciudadano de cualquier punto de vista global y pertinente. El arma atómica, por ejemplo, ha desposeído por completo al ciudadano de la posibilidad de pensarla y de controlarla; su utilización depende en general de la decisión personal y única de un jefe de Estado sin consultar ninguna instancia democrática regular. Entre más técnica se vuelve la política, más retrocede la competencia democrática.

El problema no se plantea solamente por la crisis o la guerra. Es un problema de la vida cotidiana: el desarrollo de la tecnoburocracia instala el reino de los expertos en todos los campos que hasta ahora dependían de discusiones y decisiones políticas y suplanta a los ciudadanos en los campos abiertos a las manipulaciones biológicas de la paternidad, de la maternidad, del nacimiento, de la muerte. Estos problemas no han entregado en la conciencia política ni el debate democrático del siglo XX, a excepción de algunos casos.

En el fondo, la fosa que se guarda entre una tecnociencia esotérica, hiperespecializada y los ciudadanos crea una dualidad entre los conocientes –cuyo conocimiento es parcelado, incapaz de contextualizar y globalizar- y los ignorantes, es decir, el conjunto de los ciudadanos. Así se crea una nueva fractura de la sociedad entre una nueva clase y los ciudadanos. El mismo proceso está en marcha en el proceso a las nuevas tecnologías de comunicación entre los países ricos y los países pobres.

Los ciudadanos son rechazados de los asuntos políticos cada vez más acaparados por los “expertos” y la dominación de la “nueva clase” impide, en realidad, la democratización del conocimiento.

De esta manera, la reducción de lo político a o técnico y a lo económico, la reducción de lo económico al crecimiento, la perdida de los referentes y de los horizontes, todo ello produce debilitamiento del civismo, escape y refugio en la vida privada, alteración entre apatía y revoluciones violentas; así, a pesar del que se mantengan las instituciones democráticas, la vida democrática se debilita.

En estas condiciones se plantea a las sociedades conocidas como democráticas la necesidad de regenerar la democracia, mientras que, en una gran parte del mundo, se plantea el problema de generar democracia y que las necesidades planetarias nos piden engendrar a su nivel una nueva posibilidad democrática.

La regeneración democrática supone la regeneración del civismo, la regeneración del civismo supone la regeneración de la solidaridad y de la responsabilidad, es decir, el desarrollo de la antropoética.15

EL BUCLE INDIVIDUO – ESPECIE: ENSEÑAR LA CIUDADANÍA TERRESTERE

El vínculo ético del individuo con la especie humana se afirma desde las más antiguas civilizaciones. Fue el autor latino Terence quien, en el siglo II antes de la era cristiana, hacia decir a uno de los personajes del Bourreau de soi-meme: “”homo sum nihil a me alienum puto” (“soy humano, nada de lo que es humano me es extraño”).

Esta antropoética se ha cubierto, oscurecido, minimizado por las éticas diversas y cerradas pero no ha dejado de conservarse en las grandes religiones universalistas ni de resurgir en las éticas universalistas, en el humanismo, en los derechos humanos, en el imperativo kantiano.

Ya decía Kant que la finitud geográfica de nuestra tierra impone a sus habitantes un principio de hospitalidad universal, reconociendo al otro el derecho de no ser tratado como enemigo. A partir del siglo XX, la comunidad de destino terrestre nos impone de manera vital la solidaridad.

LA HUMANIDAD COMO DESTINO PLANETARO

La comunidad de destino planetario permite asumir y cumplir esta parte de la antropoética que concierne a la relación entre el individuo singular y la especie humana como un todo.

Ésta debe trabajar para que la especie humana, sin dejar de ser la instancia biológico-reproductora del humano, se desarrolle y dé, al fin, con la participación de los individuos y de las sociedades, concretamente la participación de los individuos y de las sociedades, concretamente nacimiento de La Humanidad como conciencia común y solidaridad planetaria del género humano.

La Humanidad dejo de ser una noción meramente biológica debiendo ser plenamente reconocida como su inclusión indisociable en la biosfera; la Humanidad dejo de ser una noción sin raíces; ella se enraizó en una “patria”, la tierra y la tierra es una patria en peligro. La Humanidad dejo de ser una noción abstracta: es una realidad vital ya que desde ahora esta amenazada de muerte por primera vez. La Humanidad ha dejado de ser una noción solamente idea, se ha vuelto una comunidad de destino y sólo la conciencia de esta comunidad la puede conducir a una comunidad de vida; la Humanidad, de ahora en adelante, es una noción ética: ella es lo que debemos realizar todos y cada uno.

Mientras que la especie humana continúa su aventura con la amenaza de la autodestrucción, el imperativo es salvar a la Humanidad realizándola.

En realidad, la dominación, la opresión, la barbarie humana permanecen en el planeta y se agravan. Es un problema antropohistórico fundamental para el cual no hay solución a prior, pero sobre el cual hay mejoras posibles, y el cual unicamente podría tratar el proceso hay mejoras posibles, y el cual únicamente podría tratar el proceso multidimensional que nos civilizaría a cada uno de nosotros, a nuestras sociedades, al a Tierra.

Como tales y en conjunto, una política del hombre, una política de civilización, una reforma de pensamiento, la antropoética, el verdadero humanismo, la conciencia de tierra-patria reducirían la ignominia en el mundo.

Aún por más tiempo (cf. Capítulo III), la expansión y la libre expresión de los individuos constituyen nuestro propósito ético y político para el planeta; ello supone a la vez el desarrollo de la relación individuo – sociedad en el sentido democrático, y el desarrollo de la relación individuo- especie en el sentido de la realización de la Humanidad; es decir que los individuos permanecen integrados en el desarrollo mutuo de los términos de la tríada individuo – sociedad – especie. No tenemos las llaves que abran las puertas de un futuro mejor. No conocemos un camino trazado. “El camino se hace el andar.” Pero podemos emprender nuestras finalidades: la continuación de la hominización en la humanización, vía ascenso a la ciudadanía terrestre. Para una comunidad planetaria organizada: ¿no sería esa la misión de una verdadera Organización de las Naciones Unidas?
12 C. Rosset, Le demon de la tautologie, suivi de cinq pieces morales, ed. Minuit, París, 1997, p.68
14 “Mindiscapes, individuals and cultures in management”, en Journal of Management Inquiry, vol.2, núm. 2, junio 1993, pp. 138-154. Sage Publication
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viernes, 16 de octubre de 2009

EL PLAGIO


Introducción
Se sostiene con mucho tino que "el plagio constituye el más grave atentado al derecho de autor, pues en esencia significa desconocer la paternidad del autor, y por consiguiente, la relación que le une con la obra sustrayéndole a todo conocimiento e ignorándole toda aportación creativa"

El delito de plagio atenta contra los derechos fundamentales que dimanan de la creación de una obra. Lesiona las facultades morales del autor sobre su creación, al tiempo que perjudica también los derechos de explotación. Del mismo modo, el delito de plagio atenta contra el interés público en sus diversas facetas en la medida en que la obra plagiada, por no ser original, engaña al consumidor con la suplantación se pierde el vínculo que existe entre el verdadero autor y el fruto de su espíritu creador.

De ahí la importancia de la represión penal del Plagio. Los bienes jurídicos que protege hacen indispensable su tratamiento mediante la vía penal.

En el desarrollo subsiguiente, pretendemos abordar los elementos generales relacionados con la represión penal del plagio. Haremos un breve paso por sus orígenes, su vinculación con las facultades que dimanan del derecho de autor, deteniéndonos en cada caso a analizar la manera en que lesiona tales derechos.

La parte final del presente trabajo se encuentra dedicada a abordar brevemente los aspectos fundamentales relacionados con la figura jurídica del "Auto-plagio".

A los fines de determinar si se justifica la protección penal del "auto-plagio", abordaremos el asunto desde distintos puntos de vista. Lo haremos desde el punto de vista del autor, del cesionario de los derechos patrimoniales y, finalmente, desde el punto de vista del interés público envuelto en el asunto.

Luego de ver los fundamentos de las doctrinas que afirman o niegan, según el caso, la represión penal de esta figura, ofreceremos nuestro parecer al respecto explicando las razones en las que se fundamentan nuestras argumentaciones.

Preciso es hacer notar que nuestra exposición no se encuentra orientada a una legislación específica sino, que por el contrario, se ha nutrido de la doctrina general y de legislación y jurisprudencia de derecho comparado. Con ello se pretende que la exposición pueda ser aplicable, sin mayores inconvenientes, a cualquier tipo de legislación de raíz romano-germánica.

Lo dicho anteriormente no ha sido obstáculo a que cuando la circunstancias así lo han ameritado hemos hecho uso tanto del derecho comparado como de la jurisprudencia de otros países existentes respecto del tema planteado.

Concepto de Plagio

Antecedentes históricos

Parece ser que el plagio es tan antiguo como la existencia misma de la humanidad. Nos cuenta la Biblia que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. Según de Antonio Chávez, el creador pudo, en su infinita sabiduría, haber elegido una figura

Diferente, al no hacerlo conecta la propia historia de la humanidad a un divino auto-plagio.

Los precedentes históricos del plagio revelan que entre el concepto en sí y la actividad material a la que se refiere no existe más que una relación figurada. Si acudimos a la etimología del término, veremos que el término "plagium", "Plagiator" deriva del griego "plagios" que significa dolo o fraude y se adapta a los que cometen hurto intelectual con medios fraudulentos.

Por otro lado, según la ley Fabia, se llamaba así a quien hubiera secuestrado a una persona libre, o que la hubiera vendido, comprado, o bien, a quien hubiera inducido a un esclavo a huir de su dueño, o dado refugio a aquél, o facilitado su fuga o cometido otros delitos congéneres que nada tiene de común con el latrocinio literario. En esta legislación, de finales del período republicano romano, el "plagium" se refería al crimen de rapto de hombres libres para reducirlos a la esclavitud, lo mismo que a la sustracción de esclavos. Estos delitos se castigaban con la deportación a las minas o la pena de muerte.

En la época actual, el vocablo "plagio" se utiliza indistintamente tanto para hacer referencia a la infracción de los Derechos de Autor por usurpación de paternidad y por copia, como para hacer referencia al secuestro de personas.

Sobre el origen de la denominación de plagio, DELLA COSTA nos enseña que:

"En el rapto o seducción de un esclavo, y a su vez el vocablo alude a la "plaga", es decir, a la red, lazo o trampa en que material o figuradamente, se lo hacía caer.

El símil es más acertado de lo que a primera vista parece porque, además del carácter insidioso que le es propio, y que lo diferencia de las hipótesis normales de hurto y sus variantes, esa insidia o maquinación no recae en la persona damnificada, como el caso de la estafa, sino que actúa directamente sobre el objeto; en efecto, esa maquinación no se dirigía, en el antiguo precedente, a engañar al amo, sino al esclavo mismo, de igual manera que en el "plagio" autoral ella no incide de modo alguno sobre la voluntad del autor. Así como aquel se verificaba "nesciente dominio", de una forma subrepticia, este tiene lugar "nesciente auctore". Y así como las señas visibles de la propiedad del esclavo debían ser cambiadas para aparentar su pertenencia al plagiario, en nuestro caso la obra sufre mas o menos hábiles trasmutaciones técnicas que la presentan con visos de originalidad".

Relata Giuriati, citado por Latorre, que durante el período del emperador Constantino la simple pena de muerte sólo se imponía a los ingenuos, mientras que a los libertos se les echaba a las fieras, llegándose a decretar en tiempo de los emperadores Severo y Antonio que hubiese acusación y sentencia aún después de haber fallecido.

El Derecho de Autor no otorga monopolio sobre las ideas. Lo que protege la legislación autoral, como dice el profesor Antequera Parilli, es el ropaje con el que se visten las ideas, es decir, la impronta del autor contenida en la forma de expresión de la idea. Es por esto que es de vital importancia distinguir cuando se ha tratado de un plagio propiamente dicho o, por el contrario, cuando el autor se ha inspirado en ideas o situaciones preexistentes. A renglón seguido, ofrecemos algunos ejemplos célebres de supuestos plagios y de otros casos que no necesariamente constituyen plagios, sino que evidencian lo indicado anteriormente en relación con la forma de expresión de la obra.

Cuenta Viturbio, citado por IRIBARNE Y RETONDO, que en el siglo V a.C., en un certamen de poesía, varios concursantes presentaron como propias viejas obras existentes en la biblioteca de Alejandría y que, descubiertos, se les sancionó como ladrones. Este caso histórico pone de manifiesto la existencia de un plagio, en la medida en que los concursantes pretendieron hacer pasar como propias, obras pertenecientes a otras personas.

Cuentan que el famoso escritor de La Eneida, Virgilio, buscó apoyo de Homero para crear su obra y que se aprovechó de las ideas e imágenes de este último de las que se apropió. De ahí que se sostiene que los primeros seis cantos de "La Eneida" son como una Odisea y los seis últimos vienen a ser una especie de Iliada. El cantar del Mío Cid, en la literatura española, dicen que su desconocido autor se inspiró en otro parecido: la canción gesta francesa "La chanson de Roland".

Sirva la casuística referida anteriormente simplemente para ratificar el hecho de que lo que al Derecho de Autor le importa es la originalidad en la forma de expresión. De manera que un mismo tema puede ser tratado, por distintos autores, en infinidad de ocasiones sin que con ello pueda afirmarse que necesariamente existirá plagio. Lo que en todo caso importará es la originalidad con que sea tratado el tema, independientemente de que el tema al que se refiere la obra en cuestión haya sido tratado anteriormente, siempre que cada uno de los tratamientos haya observado una manera original de expresarse y de exponer.


Concepto Doctrinal y Jurisprudencial del plagio

Respecto de cómo debe ser definida la figura jurídica del plagio no existe unanimidad. Se afirma que no existe un concepto jurídico de plagio lo suficientemente preciso y unívoco debido a la dificultad para determinar los límites de la noción jurídica y extrajurídica de lo ilícito.

Dentro de las conceptualizaciones de la infracción intentadas, existe una concepción amplia según la cual el plagio puede abarcar desde la simple imitación fraudulenta de la obra de otro hasta la mera reproducción total o parcial de dicha obra, usurpando la condición o el nombre del autor o intérprete originario.

Por otro lado, existe una concepción restringida que hace distinción entre el plagio y la usurpación. De acuerdo con esta corriente, el plagio lo constituiría la imitación fraudulenta o copia servil de las ideas contenidas en la obra de otro. Dentro de esta corriente se ubica R. Plaisant, quien siguiendo esta doctrina sostiene que "el plagio hábil es moralmente censurable pero jurídicamente irreprochable"]. Para esta doctrina, el hecho constitutivo del plagio sólo lo puede constituir la imitación burda de la obra ajena, que no deje lugar a dudas respecto de la existencia del fraude.

Independientemente de las corrientes indicadas, se han ofrecido múltiples concepciones que pretenden definir la figura del plagio.

Entre los tratadistas que han ofrecido su parecer al respecto se encuentran Mouchet y Radaelli, quienes entienden que existe este delito cuando un tercero ejerce sobre la obra literaria, científica o artística, un derecho reservado por la ley al autor o a sus derecho-habientes.

Delgado Porras considera el plagio como un apoderamiento ideal de una obra ajena, bien haciéndola pasar como propia, bien utilizando los elementos creativos de aquella para la elaboración de la creación ilegítimos.

Soto Nieto afirma que el plagio conlleva la idea de copia fraudulenta, con desconocimiento, por ocultación, del creador o realizador de la obra o fragmento que se exterioriz.

Finalmente, Carmona Salgado considera que:

"El plagio es un fraude doloso contra la producción literaria, artística o científica de un autor, en la que basándose en una creación precedente, una persona se adjudica como propios trabajos de otros".

Concepto Jurisprudencial del plagio.

En asuntos de definiciones y concepciones acerca de cómo debe ser entendido el plagio, la jurisprudencia no se ha quedado atrás. Mediante decisión de fecha 27 de abril de 1978, el Tribunal Supremo Español señalo que:

"Hay plagio cuando se suprime y prescinde del creador de la obra poniendo a otro en su lugar, siendo la persona más que la cosa que sufre el atentado perpetrado por el plagiario, al ser esa personalidad la que desaparece, permaneciendo la obra más o menos incólume"

Y, mediante sentencia de fecha 13 de febrero de 1984, el alto tribunal de España sostuvo:

"También hay plagio cuando se trata de copiar la idea original o auténtica de una manera servil o falsificada de forma que induzca a error sobre la autenticidad o imitación, haciéndolo de modo parcial o total, y efectuando una suplantación para presentar como propia una obra ajena y aprovecharse de la firma inédita e intelectual de su autor".

Existe abundante jurisprudencia argentina sobre el particular. A fines meramente ilustrativos, proporcionamos sólo algunas de la múltiples citadas por Ledesma:

"El plagio consiste en hacer que aparezca como propio lo que pertenece a otros, siendo la mala fe, o sea el dolo inherente al acto realizado y el daño producido, el arrebatar esa propiedad intelectua"

"Existe plagio si se reproducen, como si fueran propios, conceptos contenidos en un artículo publicado por otro, ofreciéndolos como fruto de una apreciación personal, aunque la reproducción no llegue al límite fijado por el art. 10 de la ley 11.723]"

"Hay plagio todas las veces que un autor toma alguna cosa, que es propiamente la invención de otro y procura hacerla pasar por suya. Puede ser un elemento de fondo o de forma, una situación, un desarrollo, una simple frase. La extensión y el objeto de la copia no se consideran"

Por fortuna, la jurisprudencia y la doctrina citadas precedentemente son lo suficientemente generosas como para permitirnos el sustento argumental necesario para determinar, de forma sucinta, que el plagio consiste en la usurpación o atribución ilegítima de la autoría sobre una creación artística o científica ajena, ya sea total o parcial, literal o en esencia.

Bien Jurídico Protegido
El Derecho Moral del Autor como bien jurídico
Contenido del Derecho Moral

La denominación Derecho Moral integra el conjunto de facultades que protegen la personalidad del autor en relación con su obra

Respecto de las facultades que constituyen el Derecho Moral del autor sobre su obra, el artículo 6bis, párrafo 1) del Convenio de Berna nos dice:

1)Independientemente de los derecho patrimoniales del autor, e incluso después de la cesión de estos derechos, el autor conservará el derecho de reivindicar la paternidad de la obra y de oponerse a cualquier deformación, mutilación u otra modificación de la misma o a cualquier atentado a la misma que cause perjuicio a su honor o a su reputación

Por su parte, en el ámbito comunitario andino, la Decisión 351 de la Comunidad Andina, en su artículo 11, así como en el ámbito venezolano la Ley sobre Derecho de Autor en su artículo 5, coinciden en dejar establecido que el derecho moral es inalienable, inembargable, irrenunciable e imprescriptible. Del mismo modo, conforme al artículo 11 de la norma comunitaria citada, el derecho moral es perpetuo en lo que se refiere a la paternidad y la integridad de la obra.

De manera que entre las facultades que conforman el derecho moral del autor sobre su obra, en primer lugar, debe ser mencionado el derecho a la paternidad. Esta facultad se refiere al derecho que tiene el autor de reivindicar la paternidad sobre su obra. Puede ser ejercida tanto en sentido positivo, por ejemplo, haciendo que la obra sea identificada con su nombre. Como también en sentido negativo, publicando la obra bajo seudónimo o en forma anónima.

Otra prerrogativa lo es el derecho a la integridad de la obra. Consiste en la facultad que tiene el autor de oponerse a cualquier deformación, mutilación o cualquier otra modificación que pretenda hacerse sobre la obra sin contar con su autorización.

Cuenta el autor, además, con otra facultad denominada derecho de divulgación. Conforme a esta prerrogativa, el autor tiene el derecho de resolver si mantiene la obra inédita o la da a conocer al público. Esta prerrogativa se trató de incorporar al Convenio de Berna en la revisión que le fuera hecha en Roma en 1928. Sin embargo, por divergencias existentes entre los distintos puntos de vista en discusión, no fue posible incorporarla.

Finalmente, la mayoría de las legislaciones reconocen el derecho de retracto o arrepentimiento o de retiro de la obra del comercio. Esta prerrogativa faculta al autor para revocar, incluso después de la publicación de la obra, cualquier cesión que haya otorgado sobre su derecho patrimonial, con la condición de indemnizar al cesionario por los daños y perjuicios causados con motivo de la decisión.

El plagio en la Ciencia
Existen sospechas de que numerosos trabajos cientifícos publicados en revistas científicas sean copia total o parcial de otros trabajos anteriores, publicados por otros o el mismo autor (autoplagio), pretendiendo presentar nuevos resultados. En enero del 2008 la prestigiosa revista Nature publicó un trabajo por M. Errami y colaboradores donde desarrollaron un programa informático llamado eTBLAST para buscar entre las publicaciones científicas similaridades en el texto, permitiendo así encontrar trabajos supuestamente copiados los unos de los otros. En la base de datos que los propios autores llamaron Déjà vu quedan recogidos en junio del 2009, 74.790 pares de trabajos cientificos con gran similaridad, lo que podría indicar que se trata de trabajos no originales. En cualquier caso, la mera repetición de cadenas de palabras no es una prueba concluyente de deshonestidad intelectual; una gran parte del discurso científico es repetición de conocimientos (fórmulas, datos, etc) e hipótesis compartidas por el conjunto de la comunicad científica, por lo que se deberían evitar los pronunciamientos apresurados sin un examen detallado de las posibles violaciones o suplantaciones de la autoría intelectual.
Herramientas para luchar contra el plagio
Para detectar un posible plagio, se puede buscar con la ayuda de un motor de búsqueda una determinada cadena de palabras del texto sospechoso, con el fin de ver si se encuentra un texto potencialmente plagiado. En la actualidad, existen varios programas informáticos que facilitaban la detección del plagio, especialmente en los proyectos o ensayos de los estudiantes. Sin embargo, la mayor herramienta para luchar contra el plagio son las mismas escuelas, universidades y casas de estudio, que frecuentemente no lo penalizan en sus reglamentos, incluso tratándose de tesis o proyectos terminales de titulación.

Referencias
vu--a study of duplicate citations in Medline.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/sites/entrez%7CScientific publishing. Plagiarism sleuths
COMPAGNON, Antoine, "L'Université ou la tentation du plagiat", en Le Plagiat, sous la dir. de Christian Vanderdope, actes du colloque de l'Université d'Ottawa de septembre 1991, Presses de l'Université d'Ottawa, 1992, p. 173-188.
Bibliografía sobre el plagio en educación
· Buranen, L., Roy, A. M. (coord.), Perspectives on Plagiarism and Intellectual Property in a Postmodern World, State University of New York Press, New York, 1999.
· Howard, Rebecca Moore, Standing in the Shadow of Giants. Plagiarists, Authors, Collaborators





viernes, 9 de octubre de 2009

ETICA DEL ADMINISTRADOR

ETICA

El Carácter Científico y Racional de la Ética.

La palabra ética viene del griego ethos, que significa costumbre y la palabra moral viene del latín mos, moris que también significa costumbre. Lo que en realidad le interesa a la ética es estudiar la bondad o maldad de los actos humanos. Su objeto material de estudio son los actos humanos y su objeto formal es la bondad o maldad de dichos actos. La ética posee dos aspectos, uno de carácter científico y otro de carácter racional.
El carácter científico quedo fundamentado en que la ética es una ciencia. La ciencia es un paradigma fundamentado, paradigma por que establece un modelo universal o patrón de comportamiento de la realidad, la ciencia no nos “indica” como se comporta un objeto si no como “debe” actuar un objeto. El método científico, es el encargado de corroborar por todos los medios posibles la adecuación del modelo con la realidad, el modelo inicial que propone la ciencia es una hipótesis, la cual puede comprobarse, ya que es un modelo fundamentado. El carácter científico de la ética presenta un paradigma de conducta valiosa que el hombre debe realizar.
El carácter racional viene por el uso de la razón. Esta razón nos proporciona causas, razones, el porque de la bondad en una conducta realizada.
Con todo esto se puede decir que la ética le concierne proporcionar las razones por las que ciertas conductas son buenas y por lo tanto dignas de realizarse, también de argumentar en contra de conductas malas.

La Ética es una Ciencia Normativa

Es normativa, ya que estudia lo que es normal de derecho, o sea lo que debe suceder. Entonces se puede decir que se esta actuando de un modo ético cuando en esta conducta lo normal de hecho coincide con lo normal de derecho.

Los Problemas de la Ética

Las normas morales existen en la conciencia de cada uno, esto provoca que existan diferentes puntos de vista y por ende problemas en el momento de considerar las diferentes respuestas existenciales que ejercen las personas frente a ellas.

Diferencia entre Ética y Moral

El uso de la palabra ética y la palabra moral esta sujeto a diversos convencionalismos, la moral es el hecho real que encontramos en todas las sociedades, es un conjunto de normas a saber que se transmite de generación en generación. Las normas morales destacan la presión externa y tienen una acción impositiva en la mentalidad del sujeto. La ética es el hecho real que se da en la mentalidad de las personas, es el conjunto de normas a saber, principio y razones que un sujeto ha realizado y establecido como una línea directriz de su propia conducta, son normas que el sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad, surge en la interioridad de una persona como resultado de su propia reflexión y su propia elección.

El Deber saber
La ética es una disciplina filosófica que ha sido caracterizada como una “ciencia del deber hacer”. Emmanuel Kant ha distinguido dos grandes sectores de la realidad. El ser y el deber ser.

El Ser
Se refiere a lo que es de fijo. Lo que acontece en la realidad fenoménica, independientemente de nuestra voluntad y nuestro obrar. Se trata del mundo de la naturaleza, donde todo acontece por necesidad.

El Deber Ser
Donde las cosas no suceden de forma necesaria, sino por la plena voluntad del hombre. Se trata entonces del mundo del deber ser a partir del cual se establecen las bases de la cultura moral.
La ética no estudia lo que es de por si, si no lo que debe ser.

Los Actos Humanos
1.- Los actos humanos son ejecutados consciente y libremente, es decir, en un nivel racional. Son originados en la parte típicamente humana del hombre. Estos son el objeto material de la ética y son los que pueden ser juzgados como buenos o malos desde el punto de vista de la moral.
2.- los actos del hombre carecen de conciencia o de libertad o de ambas cosas, un ejemplo claro es la digestión, la respiración, etc. Solo pertenecen al hombre por que el los ha ejecutado pero no son propiamente humanos por que su origen nos esta en el hombre, sino en cuanto al animal, esto carece de moral.

El valor ontológico o metafísico de la conducta humana se refiere al hecho real, a la existencia, a la objetividad del acto. Cuando se dice que un acto humanos tiene un valor moral se esta implicando que este valor moral puede ser de signo positivo o de signo negativo.
Todo acto humano tiene un elemento psíquico que también es motivo de una valoración moral, este es el “fin” “intención” que es el objetivo o finalidad por la cual se realiza un acto humano. La palabra fin tiene una doble división cuando significa objetivo o finalidad.
A).- cuando significa objetivo suele considerarse el fin próximo, el fin ultimo, el fin intermedio.
B).- cuando hablamos del fin como intención o finalidad, podemos referirnos al fin intrínseco del acto.

La felicidad es la actualización de las potencias humanas, es decir, la realización y el ejercicio de las facultades y demás capacidades del hombre. Cuando el hombre pone a funcionar sus potencialidades, la consecuencia natural es la felicidad. Se distinguen 3 tipos o niveles de felicidad:
a).- felicidad sensible: es la experiencia de satisfacción y beneplácito a partir de los sentidos.
b).- felicidad espiritual: es superior a la sensible y se obtiene por el correcto funcionamiento de las potencialidades humanas en un nivel suprasensible.

El Concepto de Libertad

La libertad humana se puede definir como la autodeterminación axiológica, esto significa que una persona libre se convierte, por ese mismo hecho, en el verdadero autor de su conducta. En la medida en que un individuo amplia su horizonte axiológico, podrá ampliar paralelamente el campo de su propia libertad.

La libertad humana tiene que ir paralela al sentido axiológico y el sentido de responsabilidad, de no ser así, se convierte en libertinaje. La postura que niega la libertad humana es el “determinismo”.

Uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona es su proceso de liberación. La libertad interior, esta se rige por valores captados, también es llamada libertad axiológica una vez que se asimilan los valores. Actuar libremente significa iniciarse, adaptar y realizar un valor o rechazarlo.
La percepción de los valores es indispensable para que exista un acto libre. Existen dos modos de percibir los valores:

a).- en forma conceptual: es la que se otorga por medio de explicaciones teóricas o descripciones mas o menso distantes del objeto valioso.
b).- en forma intuitiva: es la que se logra por medio de una vivencia en la cual se capta, se aprecia y se adopta ese valor.
Para un manejo sencillo de las clasificaciones de la libertad, esta se ha dividido en dos muy sencillas:
A).- libertad de: De obstáculos, de vínculos o de restricciones, sean estos de orden físico o de orden moral.
B).- libertad para: para alcanzar un objetivo o para alcanzar un valor o para llegar a una meta.

La libertad humana no es absoluta. Existen varios obstáculos que disminuyen y a veces nulifican la libertad de la conducta humana.
Los obstáculos de la libertad:
1) La ignorancia: consiste en la ausencia de conocimiento.
2) El miedo: perturbación emocional producida por la amenaza de un peligro inminente y es un obstáculo
3) La cólera y otras pasiones: la cólera también llamada ira, enojo o coraje, al igual que otras emociones y pasiones producen una fuerte limitación en nuestra capacidad de elegir libremente.
4) La violencia: fuerza externa, física o psíquica ante la cual es difícil o imposible resistir.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Prueba No. 1

Este es una entrada para probar el nuevo Blogger.